Cuentan las leyendas urbanas, que los artesanos, joyeros y
orfebres encargados de hacer los bellos atuendos del Inca fue un grupo de élite que tenía muchos conocimientos: de arte, metalurgia, ciencias e infinidad de
técnicas para la fabricación.
Considerando que los Incas vivieron en constante conflicto
con los pueblos que sometían al imperio, desde ya muy amplio, su territorio
abarcaba parte de Chile, Bolivia, argentina, Ecuador y Colombia y muchos de
estos guerreros no regresaban, pues perdían la vida en estos conflictos.
En cambio el séquito de Artesanos, joyeros y orfebres
fueron un grupo muy privilegiado y que su saber no podía quedarse en el campo
de batalla, de modo tal que estos conocimientos muy avanzados, del que tenían
especial cuidado de que no se difundiera
fuera del grupo elitista; pues no tenían sustitutos, desde allí viene el gran
recelo de no trasmitir los conocimientos a terceros cuidando enteramente su
“zona de Confort”.
El artesano de la cultura Vicús (*) 500 años a.c. que hizo este huaco retrato de hecho que sabía
mucho más, para realizar esta obra, esta
cerámica deja desconcertados a historiadores y arqueólogos, ya que no encaja en
la historia de modo lineal y da un salto de cientos de años en el futuro.
(*) Huaco con vasos comunicantes que emite sonidos de diversas
tonalidades produciendo efectos sorprendentes a causa de la presión del aire
que ejerce el líquido en el interior al ser vertido.
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