Los metales, especialmente el binomio plata-oro, trazaron las bases para sofisticadas aleaciones y tuvieron un sentido religioso-místico-simbólico que realzaba el significado del mundo de los opuestos: la plata simbolizaba la noche-luna-fecundidad y a la mujer; y el oro encarnaba el día-sol-fenómenos naturales y al hombre. Para los antiguos peruanos, el metal no tuvo un sentido mercantil, como para las otras culturas, sino que cumplía una función metafísica, sagrada y marcaba la diferencia entre el pueblo y la nobleza. La plata era trabajada, moldeada y usada para transformar simples piezas en extraordinarias obras de arte que acompañaron a los poderosos gobernantes hasta el más allá.
La gran tradición peruana en el tratamiento y uso del metal es incomparable. Los objetos encontrados en las tumbas Inca, Moehe, Sipán, entre otras, demuestran que los antiguos peruanos eran expertos metalurgistas y tuvieron un sofisticado tratamiento de las aleaciones, el martillado, vaciado, laminado, fundido, etc., como también un alto sentido cromático y un refinado manejo de las técnicas de orfebrería.
Desde esa época hasta nuestros días, nuestro país cuenta con insuperables artesanos y a su vez está rodeado de espectaculares valles, cuencas, volcanes, selvas, playas, mares y maravillosos mitos y rituales que sirven para que los artistas puedan inspirarse y acrecentar una de las formas más ricas de expresión de un pueblo que está rodeado de una multifacética cultura, por lo tanto, los objetos de plata que se elaboran tienen una especial y única forma de arte.
Agradecemos a los estudiosos en platería peruana por los textos y a los connotados fotógrafos que intervienen en esta edición, que esperamos sirva para contribuir en rescatar las tradiciones de un pueblo milenario, difundir la historia de la platería y resaltar la calidad, habilidad y destreza de los artífices peruanos. "
Luis Felipe Llosa Ricketts
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